Un relato con aspiraciones audiovisuales debe tener una banda sonora. Esta novela la tiene.

Es un hecho que presenta características muy adecuadas para ser convertido en un guion de corte cinematográfico, ya sea de largometraje o de serie por capítulos. Tal vez esa segunda alternativa sea aún más adecuada, tanto por la compleja estructura de la historia como por su extensión.

Por ello es oportuno que cuente con una banda sonora, cuyo contenido se adjunta a esta presentación, a través del código QR que se reproduce más abajo.

La mayor parte de las piezas musicales son canciones ligeras, muchas de ellas narradas en la obra. Sin embargo, también se incluyen varios fragmentos de óperas y zarzuelas clásicas. Unos y otros aparecen, de forma expresa o sugerida, a lo largo de los diferentes capítulos…

Podría decirse que toda la novela tiene un trasfondo musical que subraya los acontecimientos del relato y, a veces, la propia forma de pensar y sentir de los protagonistas.

Escuchar la banda sonora antes, durante o después de la lectura se convierte en el complemento perfecto del mensaje que transmite la obra.